He estado bastante dejada con esto del blog, y ni hablar de la sección de "Agradecida", que no alcanzó ni a despegar cuando ya naufragó.
Soy muy perezosa y poco constante, pero igual he logrado ser más agradecida y consciente de mis bendiciones, de las múltiples cosas que Dios nos pone a nuestro alrededor para hacernos esta vida llevadera y recordarnos a todo momento que nos ama y que nos está romanceando...
[Me gusta en inglés esa expresión, pero en español no me termina de convencer]
En mi vida, múltiples novedades, gracias a Dios.
El 18 de noviembre me titulé. Junto a mi amiga Bernardita finalmente fuimos llamadas PSICÓLOGAS y bienvenidas al gremio. Salió todo bien y lo mejor es que fue una experiencias agradable, no tan aversiva como pensé que podría llegar a ser.
Lo mejor vino después, contarle a toda mi familia, recibir sus llamados, sus abrazos y verles sus caras de felicidad y orgullo. Es que fue un largo camino recorrido (más largo incluso de lo que yo pensé que llegaría a ser, pero al final, ¿quién me apura? lo que se hace lento se disfruta más), y al final muy gratificante.
Me siento feliz porque a lo largo de todo este tiempo, yo vi la mano de Dios manifestándose muy claramente, desde la elección de mi carrera, pasando por los múltiples sucesos y hasta el día de hoy. Yo soy psicóloga porque esa es la forma que he encontrado para servirle. Y Él, día a día, me confirma que esa fue la decisión correcta.
Ahora viene la etapa laboral, ver cómo además puedo empezar a vivir de lo que hago, de lo que amo y de lo que me he estado preparando por tantos años. Tengo algunos proyectos por aquí y por allá, nada concreto aún, pero espero en Dios que las cosas se vayan concretando de modo de poder empezar a tener mis ingresos, trabajar y seguir impactando la vida de mis pacientitos. Dios proveerá de todo lo necesario, yo nada más tengo que ser sensible a lo que me esté hablando y esa es mi oración.
Me ayudan a orar por la concreción de un trabajo de psicóloga para mi?
Al día siguiente de mi titulación fuimos con mi hermana y un grupo grande de gente de la Iglesia a ver el concierto de Hillsong United al Teatro Caupolicán y eso sí que fue una bendición. Valió la pena la espera bajo el sol y todo el sacrificio porque la posibilidad de adorar en conjunto y derramarse ante Dios es maravillosa. El teatro estaba lleno, y yo me maravillé una y mil veces viendo al pueblo de Dios derramado, quebrantado ante Él, adorando con todo. Más todavía al pensar que eramos casi todos jóvenes, el futuro de la Iglesia en Chile, ahí reunida, adorando. Muy lindo.
Lo mejor era cuando ellos empezaban a cantar sus canciones en inglés, y todos nosotros cantábamos en español, entonces ellos nada más se callaban, simple. Qué bendición y qué honor y qué anhelo ver como se cumplen las promesas de Dios, que toda lengua alabe al Señor.
(Ahí una muestra de la energía que había ese día)
Por otro lado, después de todas las celebraciones acá fuimos al Sur con mi madre a ver a la familia. Pudimos compartir con Ema que es una dicha. Es una niña preciosa, alerta y muy simpática y tengo que recordarme viajar más a menudo para disfrutarla más y para que ella también tenga recuerdos míos en su tiempo de infancia. Además, la cámara ama a Ema y nada más con el celular pudimos sacar unas fotos preciosas.
Ahora, estamos ya en pleno ambiente navideño que este año además me ha encontrado con mucha ilusión. Recordar el nacimiento de nuestro salvador y todo el amor de Dios graficado en una persona es algo que este año me ha tocado mucho más fuerte. Además, ando con mucho espíritu navideño, escuchando villancicos (Josh Groban, Michael Bublé, Elvis, Il Divo, Luis Miguel), tomando Christmas Tea y comiendo pan de pascua y galletas navideñas.
Todavía no sabemos muy bien cómo va a ser nuestra navidad. En un comienzo, la idea era hacer algo que integrase a toda la familia (que ha crecido, con la llegada de Ignacio a la familia, ahora somos mucho más), pero lamentablemente, no todo es buenas noticias, y el abuelito de Ignacio (suegro de mi primo) está muy enfermo y al parecer, quiere mantener la navidad en la intimidad, y eso se respeta, desde luego. Es triste la situación, sobretodo al considerar que justamente ahora se viene la tremenda dicha de disfrutar a su nieto, al que tampoco yo he podido ver mucho. Pero Ignacio es una bendición. No me canso de repetirlo, tratando de agradecer que Dios nos envía un consuelo.
Esas son las novedades por ahora. Luego escribiré un post acerca de lo que he estado oyendo, las películas que he estado viendo, y lo que he estado leyendo también. Cosas no psicoanalíticas, pero vamos, actividad intelectual y social ha habido igual.